En España hay casi 5 millones de personas que viven solas. La mayoría son mujeres mayores de 65 años.

Una ellas es mi vecina. Carmen. Hace tiempo escribí sobre ella. Ella no lo sabe. Espero que no le importe. De media vivimos menos. Nos morimos antes. Nosotros. Son las reglas de la vida. Es así. Mi vecina vive en uno de esos 1 de cada 4 cuatro hogares en España donde habita la soledad. Carmen ha vivido la pandemia sola. Como otros 5 millones de personas. Vivimos en un país que cada vez tiene más personas solas. Un país de solitarios y solitarias. Carmen es analógica. Nativa analógica. Como el 80% de la población española. Eso inmediatamente la exilia de cualquier futuro, presente y análisis de cualquier omnicanalidad y de cualquier disrupción. No es “sexi” para los estudios sobre disrupciones futuras en el retail.

En estos meses Carmen no salía. El covid estaba afuera matando a gente como ella. Entonces, a veces yo, y algún vecino más, íbamos a comprarle cosas. Nos daba las gracias. Sonreía. Incluso un vecino le enseñó a pedir las cosas por teléfono al supermercado. Pero le parecía complicado. Y se liaba. Pero al final lo hizo. E incluso aprendió a pedir las cosas por internet. Increíble, ¿verdad? Le costó, pero al final aprendió, y de vez en cuando pedía cosas. Y las cosas llegaban a su casa. Y entonces todo era genial…. Pero no era lo mismo. Ella, mi vecina. Ahora sale a la calle. Cada día. Va a la compra. Compra en sus tiendas. Es su acto diario de socialización. Es su momento más social del día. El hecho de comprar, de ver, de perder el tiempo en esas tiendas, es un acto social para ella. En los estudios hablan de automatizar todo. Pero quizá la parte lenta y humana del retail también es importante. Es mejorable, sin duda, pero eliminar las cosas al cien por cien, siempre termina siendo un error. A veces uno siente que todos estos forum, foros, tecnócratas, tendenciólogos, y demás fauna, sencillamente ningunean a estos millones de personas: simplemente l@s han exiliado a la NADA.

Los estudios hablan de la tienda del futuro. Ya sabes: entras, coges, sales, te largas. Cero tiempo perdido. Ir de compras es un tiempo perdido. Hay que ahorrar tiempo. Estamos en la era de la conveniencia y eso pasa por salvar, ahorrar, economizar el tiempo. Los estudios hablan de tiendas sin cajeros siquiera. No pasas ni por cajeros. Y todo es muy rápido. Y nada es lento. Y todo es conveniente. Y nada es mirar y sentir y ver a otros y otras.

Ella me dijo el otro día que ir de compras a sus tiendas, es su mejor momento del día.

El mejor momento de su día.

Me pregunté si les sucedería lo mismo a esos 5 millones de personas.