Nos dicen que el comercio electrónico es el protagonista de los próximos años. Es verdad. Hoy, la gente compra por internet, y cada vez la gente comprará más. Internet, para el Retail es una de las cosas más interesantes y trasformadoras que le ha sucedido. Internet nos ha traído un Retail mejor para los consumidores, en muchos casos. Todo eso es absolutamente cierto, pero aparecen grietas en ese discurso oficial y único, cuando algunas consultoras nos vienen a decir que en poco tiempo, gran parte de lo que se compre en el mundo se hará desde internet. Nos vienen a decir que sobran millones de tiendas, que para los consumidores, cada vez más masivamente nuestra prioridad, será la conveniencia y comodidad de recibir las cosas en nuestras casas. Qué ya hemos superado una época imperfecta y absurda, como si el Retail en términos generales no fuese un acto social tatuado en nuestro adn. Esto es sencillamente falso, lo diga quien lo diga por mucho renombre que tenga el nombre del cartel que preside sus cientos de oficinas, y denota cómo se están haciendo los cálculos. Obviando datos fundamentales, que están sucediendo hoy en día.
La gente, usted y yo, nosotros que vivimos en un mundo de 7.500 millones de seres desemejantes, en un mundo de casi 200 países (recuerden que para muchas consultoras del Retail vivimos en un mundo donde hay dos países: USA y CHINA), seguiremos deseando comprar en tiendas, seguiremos “malgastando” nuestro tiempo en desplazarnos hacia las tiendas.
Nos dicen que esto de las tiendas físicas se acaba, que en Estados Unidos se cierran miles de tiendas, y que luego vamos los demás. Nos vienen a decir: Internet os liberará de la incómoda tarea de perder tu valioso tiempo en ir a comprar las rutinarias y aburridas cosas que necesitas para tu día a día, esas odiosas y aburridas compras. Bienvenido a un mundo con todo Tu-Tiempo para ti…. Pero se olvidan de nuestro derecho a perder nuestro tiempo, a malgastarlo para lo que nos dé la gana, a cometer errores en la gestión de nuestro tiempo, a observar nuestro tiempo desde un punto de vista humano. Perder el tiempo, es también mirar de reojo a gente en las tiendas, consiste también en arreglarte para salir, en observar ojos y que te observen ojos, en definitiva: en respirar de cerca el aire que respiran otros y otras.
En este futuro de hiperconveniencia, donde sucede que todo girará en torno a la salvación de nuestro tiempo libre, y tendremos miles, decenas de miles de horas para dedicarlas a nosotros y nosotras, y seremos la generación con más tiempo para ¡NOSOTRA/0 S ¡ de la historia ( tendremos que prepararnos para ello, para que tanto tiempo libre no caiga sobre nosotros como una losa, y no se llenen los hospitales de gente en busca de guiones para sus tiempos libres), en ese futuro , nadie habla de que seguiremos deseando “perder el tiempo” en nuestras tiendas, en nuestros lugares visitados por otros como nosotros. Y quizá lo que suceda es que no se trata de “perder el tiempo”.
Muchas consultoras del Retail deberían nutrirse más de sociólogos y psicólogos sociales que de calculadoras humanas y de artesanos de los powerpoint y presentaciones abracadabrantes.
Las consultoras nos hablan del comienzo del fin lento de miles, decenas de miles, cientos de miles de tiendas físicas en el mundo. Nos lo dicen con datos. Con datos que olvidan muchos datos.
El Gran Bazar de Estambul, en 2014, figuraba en el puesto número 1 entre las atracciones turísticas más visitadas del mundo con 91,250,000 visitantes anuales . Más visitado que el Nôtre-Dame o la Torre Eiffel, Parísla Gran Muralla China, La Estatua de la Libertad en NYC o la Alhambra en Granada. El lugar más transitado del mundo es un lugar que no existe. Un lugar del no-retail, un lugar que no demuestra nada. Millones y millones de personas visitan al año sus 4.000 tiendas, ubicadas en un pasado que por lo visto se acaba, por que los consumidores ya estamos en otra fase hipertecnológica e hiperconveniente. Millones de alemanes, españoles, norteamericanos, canadienses, daneses, japoneses, colombianos… acuden a ver qué es eso tan del pasado. El Gran Bazar lleva con nosotros desde 1455, un par de años después de que los otomanos capturaran la Estambul de los bizantinos, más de 4 décadas antes de que un tal Cristobal Colon descubriera una tal América. Desde entonces, sus pasillos están llenos, y no solo de gente que va a observar y ser mirados, sino también de gente que compra. Los alquileres llegan alcanzar los $ 3,500 por metro cuadrado por mes. En otras palabras, más caro que la media de renta en Manhattan, o en los campos Eliseos en París, o en la Via Montenapoleone en Milan.
El continente Africano tiene su última frontera en El Rastro, un mercadillo en el centro de Madrid, donde el Retail exiliado de casi todos los informes de las consultoras, cumple 4 siglos, donde se concentran hasta casi 3500 puestos donde puedes comprar de todo. Posiblemente sea el lugar más concurrido de España los domingos por la mañana.
Hay dos cosas que están creciendo descomunalmente en el retail: el comercio electrónico y el retail de semejantes. En Estados Unidos, mientras Kroger, Amazon, Walmart se pelean, hay algo que está subiendo casi tanto como el ecommerce, si hablamos en términos porcentuales. Nadie habla de ellos, pero son un moviento muy interesante para ser observado los retailers. Los mercados de agricultores (Market Farmer) cada vez son más abundantes. Y sobre todo se están abriendo en zonas urbanas, a donde acuden los agricultores para vender directamente sus productos a los consumidores. En menos de una década su número se ha multiplicado por dos en todo Estados Unidos. La gente vive en la ciudad pero quiere un cordón umbilical real con lo rural. Los consumidores urbanos cada vez creen menos en que los grandes reailers les pueden dar algo tan natural como si se lo compran directamente a los granjeros. “Los mercados de agricultores les permiten a los consumidores tener acceso a productos frescos cultivados localmente, les permite a los agricultores la oportunidad de desarrollar una relación personal con sus clientes y cultivar la lealtad del consumidor con los agricultores que cultivan los productos”. Los mercados de agricultores son la forma más “eco” de apartar de un manotazo a los retailers y llegar directamente a los consumidores. Y seguramente, nosotros los retailers hemos hecho mucho para que nos den ese manotazo.
Hoy en Estados Unidos hay casi 9.000 mercados de agricultores enumerados en el Directorio del Mercado Nacional de Agricultores del USDA. Walmart el mayor minorista del país, tiene 5,358 tiendas. Van camino de doblar al más grandes de los grandes. Más del 5% de los hogares norteamericanos visitan y compran en esos casi 9.000 mercados de agricultores. Es decir: más de 6 millones de hogares en Estados Unidos les gusta y optan por esa opción en muchas ocasiones.
El mercado Khan Al-Khalili en el Cairo se remonta a 1382, y millones de personas visitan, husmean, compran en sus más de 900 tiendas. El Chatuchak, de Bangkok, tiene según algunas estimaciones hasta 15,000 puestos y atrae a 200,000 visitantes por día.
Kashgar Bazaar en el Asia central, en el epitome de la China ahora digitalizada, sigue recibiendo 200.000 personas al día. En Kashgar puedes comprar y vender de todo, desde un perro hasta una lavadora occidental. Es el Alibaba que nació cientos de siglos antes que Alibaba.
Candem town en Londres recibe 28 millones de visitantes al año.
Tsukiji Outer Market de tokio, tiene entre 60,000 a 65,000 empleados, más que la mayoría de los grandes retailers.
Pero no importa,no son datos interesantes, lo interesante es que se van a cerrar 10 mil tiendas en Estados Unidos, un país que tiene varios millones de tiendas. Y no se dejen engañar: el gran bazaar de Estambul es mentira. No existe. Y de existir, tiene los días contados. Va a desaparecer.
Laureano Turienzo . Consultor & Asesor empresas retail