Una amiga, una de las directivas más brillantes del Retail iberoamericano, pasea por los mercadillos (recuerda, son lugares abismalmente interesantes los mercadillos para aprender si te dedicas a esto del Retail), y encuentra lo que relata la foto. Shein siendo traficado en los mercadillos. Shein lumpen. Shein que tanto ha copiado sin ética alguna a las marcas occidentales, que tanto ha usado estrategias de trilero para conquistar a los consumidores occidentales, ahora es recibido con su propia medicina en los mercadillos. Yo que me confieso hostil a una marca así, me siento derrotado con la llegada de Shein a los mercadillos.
Siempre creí que no eras nadie, hablando de marcas, hasta que no llegabas a un mercadillo. El mercadillo es el termómetro supremo de que una marca es emulada por osmosis social. El mercadillo es el paseo de la fama de las marcas. Pero se buscan firmas para echar a Shein de los mercadillos. Shein inventó la moda en tiempo real, basada en lanzar millones de modelos y prendas cada año, superando con creces la velocidad de la moda rápida. Shein, son los algoritmos de última generación, las observaciones milimétricas de todo lo que observen los consumidores en la red, es la copia descarada de los modelos de empresas occidentales, es la estrategia de pago cero de impuesto en aquellos países occidentales donde vende, es una legión de Ticktokers e influencers como fuerza de ventas.
La generación más joven declara su amor incondicional a estos heraldos de los vestidos guays de 10 € y las camisetas increíbles a 2€. Be cool. Sois tan maravillosamente jóvenes, mutad cada día como camaleones de colores inauditos, haced vuestra propia revolución estética, fagocitad vorazmente prendas, moda de usar y tirar. No asomes la mirada a los sótanos de tu camiseta de 2€, o verás un extraordinario sistema de explotación en las periferias de las grandes urbes chinas y africanas. Es la deontología de los buitres. Es la cultura de la expansión explosiva saltándose todas las reglas éticas occidentales, sorteando el pago de impuestos, creando miles de nuevos modelos al día y usando un ejército de influencers para recordarnos lo bellos que podemos ser, que la moda es un asunto de usar y tirar.
Shein son las fábricas en turnos de 12 horas, 6 días a la semana. Shein es el arcángel “más barato, es mejor, usa, tira, renueva”. Shein es el albañil que edifica muros en la trazabilidad de sus prendas. Shein es la brillante empresa pudorosa que silba cuando se le dice que se han encontrado niveles peligrosos de plomo y otros productos químicos tóxicos en su ropa. Shein es la jovencísima empresa, a la que Wall Street y sus lobos aplauden extasiados, y la valoran en más de $100 billones. Shein es el evangelista del negacionismo del daño al medio ambiente, y del ejército de influencers que entran al juego por el todo por la pasta.