El robo en las tiendas físicas ha alcanzado niveles apocalípticos en el mayor mercado del mundo.

Si usted tiene una tienda en una calle de Madrid, y empieza a vender productos robados, llegará la policía, y le detendrá…. Ahora bien, si usted lo vende por internet en una plataforma transnacional, hay muchas posibilidades que a usted no les pase nada, y cero posibilidades de que a la plataforma le suceda algo. .. ¿tiene esto sentido?

El hurto en tiendas se ha convertido en un problema de $ 100 mil millones en EEUU. Multiplica por 3 lo que vende en un año Mercadona en España y Portugal, y eso es la pérdida que están sufriendo los retailers.

UK, Australia, Canadá, Francia…, levantan la mano: “Aquí está pasando lo mismo”.

Hay sectores como los supermercados, donde los márgenes son mínimos. Si el margen bruto es del 5%, un solo robo elimina las ganancias de las siguientes 19 ventas. Y en muchos casos el robo está acercándose al 3% de todas las ventas…. Eso lleva a que los retailers tengan que incrementar gastos en seguridad, y también elevar los PVP. Y al final es toda la sociedad la perjudicada.

Otro problema está sucediendo con los marketplaces, esos centros infinitos y digitales, con las fronteras casi abiertas para cualquiera que quiera vender algo. Se ha creado una industria del robo en tiendas, empresas en la sombra, que infectan internet de estos productos robados, ropa, cosmética, electrónica de consumo, y los revenden en plataformas digitales. Amazon está en el punto de mira.

La industria del robo está usando plataformas para vender los robado, ya que implican cero peligro físico y un peligro legal mínimo. Amazon evidentemente no propicia que los ladrones usen sus plataformas para vender lo robado, pero muchas voces dicen que no hace lo suficiente para evitarlo. En EEUU ya se está proponiendo que la plataformas sean legalmente responsables de la venta de bienes robados.

En otras palabras, que se trate a las plataformas de la misma forma que se trata a una tienda de barrio de una PYME.

Esta industria del robo está infectando el retail mundial, y también está creciendo en España. Como sociedad no solo debemos denunciarlo, sino no ser colaboradores necesarios al comprar conscientes de la intrahistoria de ese producto. Las leyes deben ser radicalmente severas, derrumbando los umbrales mínimos para que el robo se considere un delito grave. El robo en el comercio es un cáncer contemporáno que debe ser extirpado sino queremos corromper el resto del cuerpo social.

Evidentemente esto no va de una madre que roba un brick de leche para dárselo a sus hijos: vivimos en un estado y una sociedad que tiene los mecanismos sociales para que eso no sea necesario. Nos referimos a la industria del robo.