Siempre me fascinó el regionalismo de las cervezas. Madrid es territorio Mahou, en Caluña brilla la estrella. En Andalucía y Extremadura, gana Cruzcampo,; mientras que en Aragón, Ámbar. En Galicia domina Estrella Galicia. El País Vasco es Amstel…

He viajado por todo el mundo asesorando empresas, dando conferencias, y clases. Y en la mayoría de los países del mundo suele suceder lo mismo: el localismo de las cervezas. La cerveza, a diferencia de otros artículos, es una cuestión que heredas, algo telúrico. Pero eso está cambiando parcialmente. El logro de lo imposible. Siempre afirmamos que puedes cambiar de casa, de partido político, incluso de creencias, pero jamás de tu equipo y de tu cerveza favorita.

La evolución de la Estrella de Galica es sencillamente alucinante, ha conseguido derrotar la barreras mitológicas del provincialismo en el paladar. Hace unos años (no muchos), Estrella de Galicia era otra marca de cervezas líder en su región, pero con casi nula presencia fuera. Y todo eso ha ido cambiando, con una estrategia inaudita, y que sin duda será estudiada en los libros de economía del futuro en este país. Según el último estudio anual de Datacentric (mostrado ayer en un artículo del Español), se ve el mapa de España donde se refleja que 32 de las 50 provincias españolas, además de Ceuta y Melilla, ya son liderados por Estrella de Galicia. Sólo Estrella Damn en Cataluña, Mahou en Madrid y Estrella del Levante en Murcia resisten en sus respectivas autonomías.

En el artículo del periodico, habla del  estudio e indica: “que tiene en cuenta la opinión de 38.200 personas también confirma que Estrella Galicia es la favorita del conjunto de España. La cerveza fabricada desde 1906 en A Coruña conquista al 34,72% de los españoles, más que duplicando al 15,44% que prefiere Mahou y cerca de triplicar al 13,12% que opta por Heineken”.

Lograr que los consumidores “abandonen” su cerveza preferida, la que habitó durante años su ecosistema vital, es sencillamente muy complicado. Tú puedes vender teléfonos móviles y conseguir penetrar en el mercado, o vender camisas, o lejías, o incluso vehículos…. Pero tratar de cambiar hábitos que van más allá, que tienen raíces emocionales, y por tanto poco científicas, es una obra titánica. No puedes hacer que alguien cambie su cerveza tradicional por precio, ni por marketing, ni por algoritmos mayúsculos, ni por nuevas fórmulas, ni por nuevos valores…. Sino por todo eso, y mucho más. Es algo así como una fórmula imposible, que Estrella de Galicia ha conseguido hacer. Una de las cosas más complicadas del mundo es vender una marca de cerveza fuera de tus fronteras natales.

El mérito inaudito de partir de la cuasinada en muchas provincias y, en apenas una década, superar a marcas que eran un orgullo provincial, es una cosa insólita, y que revela el talento pirenáico de los profesionales que trabajan en Estrella de Galicia , y sobre todo de su CEO Ignacio Rivera Quintana.