Hace mucho tiempo que no viajo en Ryanair. Se lo prometí a mis rodillas y trasero tras un vuelo a Malta. Su CEO me parece un fantoche, por no hablar del tema de las huelgas, y el hecho de tener que pagar por todo lo que vaya más allá que sentarte en un asiento asignado, y el manicomio de subastas, ventas de loterías (y demás) que llega a convertirse un vuelo, y un largo etcétera.
Ryanair lleva a gente de un lugar a otro. Punto. Entre la calidad del servicio y el precio, lo segundo es todo. Cualquier cosa que se salga de que te lleven de un punto a otro, debes pagarlo. Si lo piensas bien, si pagas 33 € por volar los 1300 kilómetros que hay de Madrid a Marrakech, no puedes esperar un servicio al cliente de Qatar Airways. Ryanair, que es retail cien por cien, ya que vende a clientes finales: es el pope del atributo precio en el retail mundial.
Ryanair en el 19 llevó a 150 millones de pasajeros (en los 3 primeros meses de 2023, 34 millones de pasajeros han volado con ellos). Llenó 2.500 aviones al día, que conectaron cientos de ciudades de 40 países, no solo con mochileros, holligans borrachos camino de Ibiza y chicas vestidas de gallinas en despedidas de solteras. El pasajero tipo de Ryanair es la masa, gente que se parece al tipo que aparece en tu espejo. Mayormente clase media. En las encuestas CSAT (Customer Satisfaction Score), están en un 88%. Es decir, de cada 100 pasajeros, 88 se muestran satisfechos con lo pagado versus lo recibido. En el colegio era notable alto. España es territorio Ryanair: En 2022, Ryanair se mantuvo como la aerolínea líder en España. 44,4 millones de pasajeros eligieron Ryanair (seguramente por precio, o por la frecuencia de horarios, o porque les dio la gana, vaya usted a saber). Vueling e Iberia se situaron en segunda y tercera posición, mirando de lejos a los de Irlanda. En 2018 fue una de las aerolíneas más puntuales del mundo. Y se ha convertido en la primera en publicar estadísticas mensuales de CO2. Cosa que no hacen muchas líneas aéreas.
Así que, llegados a este punto, no sé si admiro u odio a Ryanair. Y juro que al principio del post lo tenía relativamente claro. Es lo bueno de ser un tipo con dudas.