Me preguntarón ¿cuál es la tienda que más te ha soprendido?

Pensé.

Y respondí: esa “cosa” que está en Zurich

Al instante, me vinieron a la cabeza las últimas tiendas de Apple, y de Starbucks, y alguna de Nike, y por supuesto las brutales de Glentle Monster, e incluso alguna de Lush, o los míticos Wegmans, o Eataly, o las guatemaltecas de Saul,,, Había tantas… Quizá había exagerado, y había querido no decir lo evidente, pero el caso es que le respondí al periodista que la tienda de Freitag en Zurich. Una especie de catedral delgada y anarquista. De hecho es la catedral afilada y anarquista del retail moderno.

Los tipos de Freitag son tipos peligrosos, no respetan las normas, hacen cosas extrañas. Hipnotizantes. Ya sabes: está el hecho de ser uno más, o ser distinto. Al final una marca es un nombre y un logo, o es algo acariciando el corazón.

Freitag es una marca que hace bolsas. En 1993 los hermanos Freitag comenzaron a fabricar bolsas con lonas usadas para camiones. Cuando aún no se llevaba, los hermanos crearon una propuesta con algo tan insensato por entonces como revitalizar materiales e ideas usados ​​dándoles una segunda vida y un nuevo propósito. Eran los años de la moda rápida: consume rápido, tira pronto, oxigena tu armario.

La flagship o lo que buenamente sea, es el rascacielos punky del retail: 19 contenedores viejos y oxidados,  que por lo visto tienen la mitología simbólica de ser “tan áspero y reciclado como las propias bolsas.  Fueron desmantelados con cariño, reforzados masivamente, apilados uno encima del otro y atornillados para hacer un rascacielos tipo bonsái. Lo suficientemente bajo como para permanecer por debajo de los límites oficiales de rascacielos, pero lo suficientemente alto como para dar incluso a los visitantes más empedernidos una clara sensación de vértigo”. 26 metros de altura de ingenio. Dentro hay bolsas en ventas, muchas, hasta 1.800 modelos.

Freitag está abriendo tiendas destrozadoras de  conceptos oficiales, abismalmente alejados de eso tan nocivo y aletargente que es pensar en modo sector para tus tiendas: hacer lo que hacen los demás. Abre por ejemplo lo que llama “microtiendas” donde sus clientes pueden ir a crear sus propias bolsas. Do it yourself. Nada nuevo, pero si le das un toque “estética Freitag” a tu experiencia, ya comienza a ser distinto.

Sus tiendas de Kioto, de Basilea, de Amsterdam… son memorables.

Estos tipos, que van por libre, y que por lo visto no pertenecen a eso tan primitivo que es el sector, hacen cosas como concursos donde un camión de 40 toneladas conducirá por toda Europa  una lona que finalmente cortarán y la convertirán en bolsas . Cietos de Freitagfans se reunieron a beber y a celebrar su partida. Te esteremos esperando.

 

OMNICLIENTE

 

Autor: Laureano Turienzo. Consultor & Asesor empresas retail

2017-2019: 200 conferencias con más de 50.000 asistentes de 15.000 empresa del Retail, y «one to one» con empresas líderes en 32 países.  He asesorado, o han contratado mis servicios, 7 de los 10 principales retailers de Iberoamérica y más de 80 empresas e instituciones en estos 3 años.

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