Según el guion, los próximos meses van de pasar fases, y cuando pasemos la tercera fase, hay una cosa que se llama “situación de nueva normalidad”  (término antinómico: o se es “nuevo”, o se es “normal”, pero las dos cosas a la vez es imposible.

Fuente: El País

Y por qué es importante resaltar lo absurdo de este eslogan, usado en el mundo para explicar lo que nos espera. La “nueva normalidad”, aparte de ser un imposible, nos revela que un mundo covid no puede ser un mundo normal. Es más, debe ser anormal, y a poder ser breve. Pero todo apunta a que será anormal y no será breve.  “La nueva anormalidad”

Si atendemos a lo que nos dicen, en un mundo maravilloso y feliz, de éste desparecerá COVID totalmente en un par de años. Siendo optimistas, tendremos la vacuna en año y medio, totalmente testada y fiable, y necesitaremos al menos medio año para producir las miles de millones de vacunas que lleguen a todas las poblaciones y que harán de COVID una pesadilla olvidada.  Es decir, en verano 2022 podríamos empezar a vivir en  un hipotético mundo de playas llenas, vuelos turísticos, bares abarrotados, conciertos, cines, discotecas, centros comerciales llenos…. Un mundo sin distancia social obligatoria.

Y siempre dando por hecho de que encontraremos una vacuna, lo cual a día de hoy es solo una hipótesis sólida, nada más. Puede ser que el virus mute, y mute, y se quede a vivir con nosotros para siempre. Por tanto, pensar en un mundo de distancia social en los próximos dos, tres años, en el resto de la vida de la humanidad, parece condenarnos a una vida distinta, y sin duda peor. Una vida anormal, en relación con la vida que conocemos.

En todos los países, los ciudadanos se están cansando de quedarse adentro. El apoyo a los requisitos de distanciamiento social está cayendo en las encuestas , y los datos de encuestas y teléfonos celulares muestran que las personas están comenzando a salir de sus hogares. La mayoría de los estados, listos o no, se están moviendo para reabrir partes de sus economías.

Durante los últimos dos meses, la orientación de los expertos ha sido absoluta: en la medida de lo posible, quédese en casa y evite interactuar con alguien con quien no vive. En la nueva realidad, con una vacuna a o años de distancia , algunos expertos advierten que se necesita un nuevo enfoque para que las personas se mantengan seguras durante la pandemia de coronavirus , una basada en la reducción de daños. Como indica literalmente un artículo que leo hoy en la revista norteamericana Vox.

Puede ser mejor para las personas quedarse en casa todo el tiempo, pero dado que muchos no pueden o no quieren, aconsejarles sobre cómo reducir el daño a ellos y a otros es mejor que insistir en el ideal.

Julia Marcus, epidemióloga de enfermedades infecciosas en Harvard, comparó la opción de predicar la abstinencia versus aconsejar sobre sexo seguro durante los peores días de la epidemia de VIH / SIDA: Evitar por completo el sexo mantendría a alguien a salvo del VIH, pero dado que la mayoría de las personas no lo harán hacer eso, es mejor darles las herramientas para practicar el sexo de la manera más segura posible.

¿Se imaginan lo que sería un mundo con las economías congeladas, o a medio gas ,durante los próximos dos, tres años, o incluso durante décadas, hasta que COVID desaparezca del Planeta, y no haya posibilidades de mutaciones?

¿Se imaginan un mundo sin turismo, o con tantas restricciones que hagan que viajar sea lo menos atractivo del mundo? ¿O se imaginan un mundo durante mucho tiempo, sin bares llenos, o sin restaurantes con el aforo completo? ¿Se imaginan un mundo sin el que usted pueda bailar, saltar, abrazarse a otras personas en un concierto? ¿Se imaginan un mundo sin dar la mano o sin abrazar a tus amigos, familiares? ¿Se imaginan un mundo durante sin los parques llenos de niños? ¿Un mundo sin las calles de los centros de las ciudades abarrotadas de gente bajo las luces de la navidad? ¿Se imaginan un mundo durante dos, tres años,de distancias sociales que nos convierta en “supuestos trasportadores de virus”? Mil días, dos mil días, cuatro mil días..

El impacto social sería terrible. Y los más terrible podría ser que nos acostumbraramos a ello, tanto que muchos y muchas nunca regresen al ser social que fueron. Que se encierren en una burbuja tecnológica que maquille su miedo a lo social, al contacto humano. Corremos el peligro de convertirnos en una sociedad de agorafóbicos.  El ser humano, desde el origen de los tiempos, ha sido un ser social, tribal, pensar en un mundo de distancias sociales es una distopia.

Por tanto, nos encontramos con una pandemia que nos obliga a un mundo de distancia social seguramente durante meses, años, y vivimos en un mundo donde las estructuras económicas no pueden pararse durante mucho tiempo, o nos llevaría a una implosión social de dimensiones inauditas: revueltas sociales, caos en las calles, y corralitos.

A medida que los estados comiencen a reabrir, muchos más tendrán que abandonar sus hogares para sus trabajos.  Poco a poco la gente, ante ese horizonte, ante ese paso de meses, de años, sin duda se relajará, e intentará regresar a una vida normal. Una vida normal implica viajar cuando se puede, ir a bares y abrazarte a tus amigos, ligar y tener sexo, saltar en un concierto, besar, dar la mano.

Vamos a tener que vivir con COVID, y es absurdo pensar en una vida sin riesgos durante los próximos años, es importante que las personas estén bien informadas sobre cuáles son los riesgos y cómo minimizarlos, pero la vida debe continúar, y debemos aceptar la posibilidad de derrotas ante esta pandemia. Es más, debemos saber que nos derrotará de nuevo sin duda, pero hay que vivir con ello, y no parar el mundo.

Es momento de decir adiós al mundo que conociste, aprender a revivir, y regresar, quizá de otras formas al mundo que conociste.

 

Laureano Turienzo. Consultor & Asesor empresas retail

2017-2019: 200 conferencias con más de 50.000 asistentes de 15.000 empresa del Retail, y «one to one» con empresas líderes en 32 países.  He asesorado, o han contratado mis servicios, 7 de los 10 principales retailers de Iberoamérica y más de 80 empresas e instituciones en estos 3 años.

lturienzo@asociacion-retail.com