La ONU nos ha dicho que en 12 años seremos 1.000 millones de personas más. Hoy el 54% de la población mundial (cuatro mil millones de personas) vive en ciudades, en el 2030 será el 70%. En 12 años en el mundo habrá 41 ciudades con más de 10 millones de habitantes (ubicadas la mayoría en África, Latinoamerica y Asia). La sostenibilidad en estas ciudades será posiblemente uno de los mayores retos a los que se enfrente la humanidad. Bajo este escenario inquietante, Ikea presentó hace unos meses el proyecto Shared House 2030 (casa compartida 2030). Una gran iniciativa dentro del retail que desde mi punto de vista no ha tenido la suficiente repercusión. Se trata básicamente de una encuesta con el objetivo de buscar nuevos conceptos de convivencia de las comunidades cara al futuro.
Aquí tienen la página donde pueden hacer la encuesta:
http://onesharedhouse2030.com/intro/
Fuente: Ikea. Algunas de las preguntas de la encuesta.
En la encuesta se pregunta por ejemplo por la co-viviencia. Y , en este apartado, las personas piensan que la vida compartida podría ser interesante desde el punto de vista de socialización, ahorro, acceso a instalaciones comunes..etc. No olvidemos que en muchas ciudades van a crecer enormemente los hogares unipersonales, por ejemplo en España se estima que en 2030 habrá 5,5 millones de hogares unipersonales (el 28%). Vivir solo tienen sus ventajas, pero también sus desventajas, como todo en esta vida, y alguna de las desventajas puede ser la pérdida de sentido de comunidad. En otras palabras: muchas relaciones de redes sociales, pocas relaciones físicas. Habitamos un mundo, donde las primeras ministras como Theresa May, nombra hace unas semanas una secretaría de estado para afrontar el tema. Una especia de Ministerio de la Soledad. Sucede que en el Reino Unido casi el 14% de su población confiesa en las encuestas que se encuentra solas. Más de 9 millones de personas que se sienten solas. Se trata de una pandemia global. Antes moríamos de glaciaciones, epidemias, y ahora puede que empecemos a morir de pena y de espacios colapsados. La Universidad de Brigham Young de Utah , nos dijo no hace mucho que el aislamiento social mata a más personas en el mundo que la obesidad. Y hace un año la Universidad de York (Reino Unido)nos dice que incrementa hasta en un 30% el riesgo de padecer cardiopatías isquémicas o ictus.
Por eso están surgiendo proyectos urbanísticos de vida compartida, como el Edificio Old Oak de 10 plantas, parecido a un hotel, con 550 habitaciones pequeñas, donde los habitantes comparten servicio de limpieza, cocinas ,lavandería, Spa, gimnasio, restaurante, cafetería, cine, terrazas, espacios al aire libre, comedores privados, … ,y a precios de alquiler muy interesantes.
Leo que los encuestados por ahora indican que prefieren ser parte de comunidades pequeñas, de 4 a 10 personas. Salvo las parejas con niños cuyo ideal serían comunidades de 10 a 25 personas. Pero nadie dice que quiere co-vivir con cientos de otras personas.
Otro dato que se puede destacar es que la mayoría de los encuestados pos ahora prefieren vivir con personas de orígenes y edades distintas.
La mayoría de los encuestados encuentra en la convivencia compartida un hándicap en el tema de la privacidad. Por lo que lo ideal sería tener espacios privados y compartidos con términos de uso definidos. Unas reglas a cumplir para delimitar ”mi espacio”, ”tu espacio” y ”nuestro espacio”.
Y también hay una mayoría que querría tener libertad para amueblar a su gusto su espacio privado, no así en las áreas comunes, que deberían ser amuebladas por decoradores.
Otro aspecto importante, es que se opta por la democracia interna para decidir si un nuevo inquilino puede entrar en la casa compartida 2030. Y otro, que las mascotas son aceptadas .
Autor: Laureano Turienzo