Viajar era mi pasión. Durante mucho tiempo me pasaba el año pensando en cómo iba a alejarme temporalmente de la vida perfecta que me había tocado vivir. Supongo que cuando no has vivido lo suficiente aún, nada es suficiente. Por eso me gustaba tanto viajar. Durante años viajé muchísimo. Siempre había un ritual. Me tenía que esperar una semana antes del inicio del viaje. Justo una semana. Entonces abría un atlas que me habían regalado cuando era pequeño. Ojeaba los países. Y, de pronto, ahí estaba: la parte del mundo a la que ir. Compraba los billetes. Y durante los días previos leía todo lo que podía sobre aquel lugar. Llegaba el día y cogía un avión que me llevase a aquel lugar.

Cuando regresaba traía colores, olores, sensaciones invisibles, con las que envolvía los días que me quedaban hasta el próximo viaje. A pesar de lo que pensamos, vivimos en un mundo maravilloso, inundado de belleza y de aventuras, de donde sólo sobra los hombres que dejaron de ser niños. Pero eso es otra historia que no cabe en este artículo.

Uno de los últimos viajes que he hecho ( hace una par de años), fue a Canadá. Fui con un par de amigos. Llegamos a Toronto. Alquilamos uno de esos Mustang deportivos, negros, enormes. Compramos un mapa de carreteras en el aeropuerto. E iniciamos un viaje a la aventura que debía durar casi 30 días. La idea original era recorrer la región de Ontario, pasar a Quebec, cruzar Nueva Escocia, y llegar a Terranova. Pero algo que leí en los días anteriores a iniciar el viaje, hizo que propusiera cambiar la ruta. Había leído que en un pueblo del estado de Pensilvania había una librería que llevaba abierta 270 años. Siempre que he viajado hay dos sitios que me encanta visitar: los mercadillos y las librerías. Son sitios donde comprendes mejor el lugar que visitas.

El caso que les propuse a mis amigos desviarnos de la ruta para ir a ver aquella librería. Como pueden imaginarse me mandaron a paseo. Eran 600 kilómetros de ida y 600 kilómetros de vuelta, dos días para ver una librería. La democracia es genial, salvo cuando pierdes. Seguimos con los planes.

Así que nunca llegué a conocer esa librería. Supongo que muchos de ustedes están con mis amigos y teniendo por delante Nueva Escocia o Terranova, pensarán que me pasaba de friki al proponerles hacer 1200 kilómetros para ver una vieja librería. Pero aquella librería tenía algo especial. En aquellos días previos al viaje donde supe de ella, empecé a leer cosas que me hicieron querer visitarla. Por entonces, yo ya llevaba muchos años trabajando en el Retail. Y por entonces ya estaba atento al progreso de Amazon,  y ya sospechaba que esa empresa haría cambiar drásticamente el escenario.

Esta librería se llama Moravian. Está en un pueblo del Condado de Lehigh, Pensilvania, llamado Bethlehem. Abrió en 1745. Hace 272 años. Es la librería más antigua de América. Y una de las más antiguas del mundo. Durante los primeros años cambió de ubicación, y se mudó a Filadelfia durante dos años en 1856, bajo otro nombre (Bethelhemer Bücher Shop). La tienda regresó a Bethlehem en 1858. Más tarde en 1867 se mudó a la localización donde actualmente se encuentra. Lleva 150 años en el mismo lugar.

Fuente: Facebook

He visto muchas fotos de esa librería desde aquel viaje que me debía conducirme hasta ella. Y no tiene nada realmente que justificará hacer más de mil kilómetros para conocerla. Nada más allá de que era una librería que había abierto sus puertas 250 años antes que Amazon. Y había sobrevivido a la Guerra de Secesión, al Crack del 29 y a la Gran Depresión, la caída de Lehman Brothers, la burbuja de las punto.com, a las políticas económicas Keynesianas, y a la verdad absoluta de la mayoría de los analistas que  hablaban del principio de la muerte de los libros en papel. Lo cual para mí eran razones más que suficientes para visitarla.

Fuente: Facebook.

Fuente. Facebook

En Estados Unidos se han cerrado en los últimos años, bastantes tiendas. Lo han llamado el Retail Apocalypse. Los Yankees les gustan las películas sangrientas y los títulos espeluznantes. Pero sin embargo se siguen abriendo librerías independientes.  Los datos del Departamento de Trabajo norteamericano nos revelan que el número de librerías a nivel nacional ha caído un 12% desde 2012 , pero si desglosamos los subsectores y vamos al apartado de librerías independientes (no pertenecientes a ninguna cadena), vemos que les ha ido bastante mejor. Y muchas de esas librerías independientes han prosperado gracias a que han sido fieles a su adn: les han dado a sus clientes una experiencia de compra que es absolutamente imposible emular desde lo digital o desde los lineales de un supermercado. A veces, el talento habita en otros lugares más allá de los muros de las multinacionales. Las ventas subieron un +5% en 2016 en las librerías calificadas como “independientes”. Que es otra forma de decir: las librerías de toda la vida.

Nos dicen que Amazon cierra tiendas, pero abre librerías. A día de hoy ha abierto 11, y prevé abrir otras 3 muy pronto. Librerías del siglo XXI, digitalizadas, pero con un look de librería de antes.

Las librerías independientes sobreviven en la era de Amazon. Son tiendas regentadas por tipos vocacionales: se trata de un negocio que deja poco margen, entre el 2 y el 3% , pero se trata de gente que ama el producto que vende. Nadie abre una librería independiente en el siglo XXI si realmente no ama los libros. Y eso lo notan los consumidores de libros. Hay algo invisible entre ellos que les hace comprenderse. Saben que aquel lugar está creado para ellos. Ahí no hay omnicanalidad, ni vestuarios con espejos digitales, nada de fuegos artificiales tecnológicos. Solo gente que ama el producto que vende, y clientes que buscan gente que ama lo que ellos aman.

Los libros electrónicos iban a matar el libro físico. Era una verdad absoluta. Otra verdad absoluta que el tiempo derrumba. En Estados Unidos en 2016 los eBooks han caído de un 18,2%, mientras que las ventas de libros en papel se incrementaron en todos los formatos, los libros de bolsillo crecieron el 7,2%, y los libros de tapa dura el 17,4% (Fuente: Asociación de Editores de Estados Unidos (AAP).

Moravian es la librería más antigua de Estados Unidos. Y está en una ciudad llamada Bethlehem, en Leigh Valley, Pensilvania ( Lehigh Valley está compuesto por tres ciudades: Allentown, Bethlehem, y Easton) . Y hace unas semanas esta pequeña ciudad aparecía en las quinielas de las localizaciones para abrir la segunda sede de Amazon en Estados Unidos. Una inversión corporativa de 5.000 millones de dólares y 50.000 puestos de trabajo. Don Cunningham, presidente ejecutivo de Lehigh Valley Economic Development Corp., una agencia financiada por el estado que atrae negocios a la región, convocó de urgencia a su personal. Démosles lo que nos pidan. Lehigh Valley está cerca de Nueva York y Filadelfia, ambas a una hora de distancia. Y la vivienda es barata . En Leigh Valley no se habla de otra cosa. Y los alcaldes se ponen sus mejores trajes y atienden a los medios locales. Somos tipos simpáticos y nos encantan los forasteros. Los locales de la zona saben que Amazon empleará a profesionales muy bien pagados. Habrá pasta para todos.

Leigh Valley es un lugar de pasado obrero, donde en los 30 y los 40, la Bethlehem Steel Company contrataba a 300,000 personas. Y su director ejecutivo, Arthur B. Homer, era el ejecutivo mejor pagado del país. Los obreros eran de los mejores pagados de Estados Unidos, pero de nuevo el proceso de destrucción creativa. En otros lugares empezaron a ser más competitivos. Y el condado sufrió un éxodo de obreros ya sin dinero en los bolsillos, y con el sueño americano agotado.

Pero la cosas han mejorado con los años.  Y el condado de Lehigh, es uno de los lugares más interesantes del mundo visto desde los ojos de un retailer: en el sitio donde permanece abierta la librería más antigua de Estados Unidos aferrada a sus modelo de negocio atemporal, Amazon es el tercer empleador principal de la zona, con tres centros de distribución. Y Wal-Mart tiene un enorme centro de distribución para sus ventas de comercio electrónico en Bethlehem (nada menos que 1.2 millones de metros cuadrados).  FedEx tiene algunas de sus más grandes instalaciones en ese valle . Parece que Leigh Valley es el lugar elegido por las empresas para sembrarlo  de almacenes desde donde servirán las demandas que los consumidores de la nueva economía online de Nueva York, Filadelfia, Baltimore o Boston.

Hoy el gerente de Moravian se queja de que han abierto un centro comercial cerca de ellos, y que Barnes& Noble (la mayor cadena de librerías de Estados Unidos, con cientos de tiendas), ha abierto una librería enorme cerca de ellos. Pero cree que quizá pueden vivir todos juntos. Ellos, Barnes & Noble, Amazon, y Walmart. Quizá en el 2.379 (dentro de 272 años), Moravian siga abierto. Y quién sabe, hasta a lo mejor Amazon, Walmart y Barnes &Noble también siguen abiertos.

 

Autor: Laureano Turienzo