La “nueva normalidad” es el nuevo axioma. Suena bien. Digas lo que digas en estos días, argumentes lo que argumentes, hazlo en nombre de “nueva normalidad” e inmediatamente se convertirá en verdad absoluta. Pruébalo, funciona.

La “nueva normalidad” afirma que usted será definitivamente distinto versus al que ha sido toda la vida. Olvídese de sus gustos y sus formas de vida: hágase a la idea de que nada de eso perdurará. Se inicia un nuevo mundo y todo, sin excepción, cambiará, incluso usted por difícil que eso le parezca.

Va-a-cambiar-radicalmente…

No se deje malinfluir por pensamientos absurdos, como que la humanidad ha pasado miles de guerras, pandemias, catástrofes naturales,  glaciaciones como la Huroniana (esa “nueva normalidad”, duró en gestarse unos 300 millones de años), o las glaciaciones que vinieron después para confirmar aquella “nueva normalidad” que necesitaron unos 10 mil millones de años para cambiarlo todo. No, esto va a ser rádical y rápido: cambiará en unos meses a la humanidad, y sobre todo a usted.

Deje de dudar, de sospechar que esto de la “nueva normalidad para siempre” es algo absurdo, y no se argumente que tras las glaciaciones,  llegaron otras nuevas normalidades que tardaron años, siglos en gestarse y que nos trajeron al homo sapiens, el fuego, la rueda, la agricultura, los pueblos, el dinero, las ciudades, el Poema de Gilgamesh, la escritura, la edad de los metales, la estratificación social, las matemáticas, la astronomía, las leyes, los estados, la lógica, la filosofía, la política, el comercio, . Nos trajo las civilizaciones Mesopotámica, griega, fenicia, romana, egipcia, hebrea… los mayas, incas, aztecas, la ruta de la seda, las carreteras, los puentes, los acueductos, las religiones monoteístas, el derecho civil, la caída del imperio romano. Nuevas normalidades que ya pasamos como la peste bucólica y la muerte por esa pandemia de un tercio de la población europea, la imprenta, las constituciones, La revolución francesa, la lámpara incandescente, el teléfono, la penicilina, los métodos anticonceptivos, el capitalismo, el comunismo, los grandes almacenes, las rebajas, los supermercados, el hombre en la luna, los centros comerciales, la moda rápida, la comida rápida, el veganismo, internet, el cambio climático….

La nueva normalidad, nos asegura que ahora sí, esta vez sí, el mundo cambiará para siempre, pero a diferencia de antes, ahora lo hará en unos meses. Nada de lo que fuimos quedará en pie. El culpable es un microorganismo.

En verdad no les está diciendo que usted cambiará sus hábitos de consumo mientras estén las restricciones, es decir, entre 12 y 18 meses que es cuando se estima que tendremos la vacuna, y si todo va bien, saldremos de ésta. Lo que le están diciendo es que gran parte de estas restricciones quedarán para siempre. Y por tanto, usted nunca será el que fue.

La “nueva normalidad” también argumenta es que usted y yo, los que trabajamos directamente en el Retail, debemos asumir como verdad absoluta que ya, para siempre nada será igual (enfatizo en el “para siempre”, pues es lo que esconde esta corriente de la “nueva normalidad”, no le hablan de la “nueva normalidad temporal”, sino de cambios que vienen para quedarse). Usted profesional de Retail debe entender que las secuelas de este distanciamiento social de meses, tendrá un impacto como para cambiar la historia de la humanidad. Esta vez sí. A una velocidad sin precedentes. Lo dice “la nueva normalidad” así que debe ser verdad. Argumentan que por primera vez en la historia se ha televisado el contador de los muertos, y eso cambiará la psique social, esto hará que usted tenga un distanciamiento social de por vida, que este trauma será mayor que las guerras televisadas que hemos visto en las dos últimas décadas. Usted ya no volverá a ver más en su vida tiendas llenas de personas. Las pantallas de plástico en las cajas han venido para quedarse. Va a suceder la muerte final de los vestuarios. El retrato robot de una tienda, ya definitivamente, será usted en la puerta esperando a que salga otro comprador, será una suerte de limitaciones o eliminaciones de asientos y stands promocionales para crear más espacio, así como sistemas unidireccionales y salidas y entradas separadas, y todos los inodoros cerrados. Acéptelo, lo dice “la nueva normalidad” (definitiva).

Y como pueden imaginarse, hay un gran negocio en torno a esa “nueva normalidad”: siempre encontrará una tecnología definitiva a un buen precio. La parte humana del Retail ha muerto, ahora hay que dejarlo todo en manos de la tecnología, pero de cierta tecnología en concreto, y ciertas consultoras tecnológicas en concreto.

La “nueva normalidad (eterna)” te recuerda que en China un comensal de un restaurante transmitió el coronavirus a otras nueve personas, todas sentadas a la mesa. Y por tanto sería conveniente que en el próximo año y medio o quizá más no vayas a un restaurante, y mucho menos a un bar, al menos que estos parezcan capsulas desinfectadas. Y te aconseja que lo pidas todo para que llegue a tu casa, donde estarás a salvo, solitariamente digitalizado y a salvo.

La “nueva normalidad” te recomienda que saques de tu insensata mente el irte de vacaciones con tu familia en los próximos años. Estarás más seguro si no lo haces. Siempre podrás viajar digitalmente.

La “nueva normalidad” nos habla de consumidores temerosos de por vida, y de tiendas mutiladas. Nos asegura que será tal el impacto que usted jamás volverá a ver tiendas abarrotadas de gente. Nos asegura que ante esta “nueva normalidad” sobran casi todas las tiendas, bares, restaurantes, hoteles, centros comerciales, grandes almacenes…. No tienen sentido en el mundo que viene. Todas las tiendas del mundo (las pocas que sobrevivan), tendrán aforos limitados no solo estos meses, ya para siempre como pasó en el 11 S que se quedaron las medidas de seguridad extremas en los aeropuertos, porque aunque el bicho muera y desaparezca para siempre, la “nueva normalidad” ya nos avisa que los consumidores quedarán tan malheridos, moral y subconscientemente, que jamás volverán a ser lo que fueron.

Es insensato no aceptar que es necesaria “la nueva normalidad”, es insensato en un mundo en el que ya han fallecido más de 200 mil personas por COVID-19. Y no valen argumentos como que el ser humano ha convivido desde que es ser humano con virus y pandemias, o que, por ejemplo, en el otro año 2019, con un mundo libre de “nuevas normalidades” , fallecieron casi 800 mil personas por otro virus llamado VIH (de los cuales, 160 mil niños menores de 15 años. Llevamos más de 75 millones de personas infectadas por VIH en los últimos años, y sabemos, según la OMS, que como pronto hasta 2030 no habrá vacunas, por lo que seguramente nos vienen unos 8 millones de muertos para esa fecha). No valen argumentos como que no por ello se han cerrado, ni se cerrarán, miles de aeropuertos. No es argumento que se indique que por gripe mueren al año hasta 650 mil personas en el mundo. O que la polución cause alrededor de 7 millones de muertes prematuras al año, y el tabaco otros 7 millones de muertes anuales, según el último informe de la Organización Mundial de la Salud. No dudes, es necesario viajar sin retorno a la “nueva normalidad”. Recuerda: no quedará nada del consumidor que fuiste, nada dentro de ti será igual.

En este nuevo escenario sin retorno, en esta disrupción nuclear, sobran muchas tiendas, y habrá una diáspora a lo digital, a las tiendas digitales. Se nos aproxima un mundo con apenas tiendas físicas.

Hace miles de años, en los albores de la historia humana, se fundaron las primeras ciudades. Los antropólogos debaten sobre si fue Jericó en Palestina , o Eridu o Uruk en Mesopotamia. Discuten, discrepan, pero todo coinciden en algo: Jericó, Eridu, y Uruk tenía templos, calles, casas… y tiendas. Ha pasado desde entonces miles de años, y por primera vez en la historia de la humanidad la mayoría de las tiendas están cerradas en todas las partes del mundo. En la II GM en muchos países hubo combates y vivieron algo similar, pero en otros muchos no. No existe en la historia un cierre de tiendas global como éste.

Una ciudad sin tiendas, sin restaurantes, sin librerías, sin hoteles, sin cines, sin bares…. Simplemente no es posible. Ni siquiera aunque lo diga la lógica de los números de los economistas que hablan del futuro, ni la sombra de un rebrote de nueva pandemia, ni siquiera tiene sentido aunque lo asegure “la nueva normalidad”. No tiene sentido ni aunque tengamos el plan B tecnológico para las compras, ni aunque se abra un nuevo tiempo, ni aunque tengamos miedo, ni siquiera aunque corramos riesgos. Una ciudad, sin tiendas, sin restaurantes sin librerías sin bares, es algo que no existe y para lo que no estamos preparados tras miles de años de vivir una vida llena de “nuevas normalidades”

 

Laureano Turienzo. Consultor & Asesor empresas retail

2017-2019: 200 conferencias con más de 50.000 asistentes de 15.000 empresa del Retail, y «one to one» con empresas líderes en 32 países.  He asesorado, o han contratado mis servicios, 7 de los 10 principales retailers de Iberoamérica y más de 80 empresas e instituciones en estos 3 años.