Si usted va al estado de Maine, observará que apenas hay gente, salvo en el área de  Portland.Un estado con más del 95% de población blanca. Poco Hispano, asiático, afroamericano. Conducir por esas carreteras es ver árboles por todos los sitios.  Y la mayoría de los bosques son de propiedad privada, hasta un 95%. Imaginen: hola, me llamo X , tengo una casa en X, y un bosque. Imaginen de qué estamos hablando . Hace años estuve por ahí.  Recuerdo que en todos los restaurantes donde iba, siempre había langosta muy barata. Evidentemente no era como la langosta de por aquí que tenemos la suerte de probar de década en década.

Y si lo hubiera sabido me hubiera acercado al pequeño pueblo de Freeport. Apenas 7 mil habitantes. Nada extraordinario, salvo que allí está el McDonald´s más raro, pijo, y distinto del mundo.  Un McDonald´s donde Ronald McDonald no pinta ni corta y no se le ve por ningún sitio (algún malpensado dirá que está encerrado en la trastienda para no desentonar con el lugar).  Este McDonald´s está en una mansión de 168 años de antigüedad, que eso en Estados Unidos es como si usted dijera en Toledo que vive en una cueva del paleolítico medio.  Una de esas casas tipo “tomates verdes fritos”, con comedores britanizados,  ventanas larguiruchas y  chimeneas de ensueño. McDonald´s  penetró en esa casa para quedarse en 1984.  A los vecinos no les gustó mucho: no iban a venir a destrozar uno de sus casas más antiguas. Así que McDonald´s (no sabemos si a regañadientes), tragó con lo del estilo victoriano. Nada de arcos dorados, neones y tipos vestidos de payaso por ahí danzando. Este artículo de “The New York Time” es de esa época:

Fuente: Curved

Pero había otro tema, McDonald´s llegaba con sus hamburguesas y patatas fritas a un territorio donde la langosta era credo. Gran parte de la langosta de Estados Unidos procede de Maine, y eso marca.  Todo el mundo lleva generaciones comiendo langosta. A lo americano, ya saben: en bocadillos, en boles de cartón, con mucha salsa. Vamos, a lo perrito caliente. Es más, son célebres los concursos de “rolls” de langostas, a ver quién lo hace más grande. Cuando hablo de grande, hablo de más de 10 metros.  Pero claro ellos también dirán que aquí, nos comemos los chuletones vuelta y vuelta, y que ya nos vale. En fin. Y por otro lado, entre ustedes y yo, la langosta de ahí no tiene nada que ver con la langosta de aquí, mucho más barata,  pero no deja de ser langosta. Y créanme, el nombre siempre impone.

No sé cómo lo hicieron, pero el caso es que en ese McDonald´s se introdujo la langosta en un territorio gastronómico donde jamás se supone iba a entrar una langosta. Y ahora, años después, si usted cruza la puerta de este peculiar McDonald´s podrá pedir  el menú especial ” lobster roll for $8.99“.

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Fuente: New England Today

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Fuente: Curved

 

Así que ya saben, si tienen tiempo, ganas, dinero, y ganas de hacerse una foto probando algo distinto, vayan a Freeport, Maine.  Y lo que es mejor, creo que en otros restaurantes de New England también podrá hacerse la misma foto.

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=5bB9-Q5DOPM

 

Autor: Laureano Turienzo